A raíz de la crisis económica de 2008, surgió una nueva forma de financiación. Muchas entidades bancarias tuvieron que cerrar, y como consecuencia, miles de personas se vieron ahogadas en problemas económicos.
Entonces apareció una forma de financiación alternativa, prácticamente desconocida hasta entonces. Los préstamos online están siendo muy utilizados hoy en día por las personas que buscan financiación, gracias a la facilidad y rapidez con la que se puede obtenerlos.
Existen distintos tipos de préstamos online, que destacan todos ellos por la sencillez con la que podemos conseguir que el banco nos ingrese dinero en nuestra cuenta. Pero hay una gran ventaja respecto a los préstamos tradicionales: los préstamos personales online, o préstamos online a plazos.
Anteriormente, si necesitaba dinero para, por ejemplo, adquirir un coche, la fórmula era siempre la misma: acudir personalmente a las oficinas de su banco y solicitar el préstamo. Ahora, ni siquiera es necesario acudir físicamente al banco gracias a Internet; y por otro lado, existen diversas alternativas a los bancos -empresas financieras o de préstamo-.
Contratar un préstamo personal a plazos de manera online, se traduce en intereses más bajos y cuotas mensuales mucho más cómodas.
Podemos obtener importantes cantidades de dinero a devolver en cómodos plazos. Las condiciones de devolución dependen de cada entidad financiera, pero por lo general podemos acordar el plazo que más nos convenga, ya sean meses o incluso años. Cuanto mayor sea el plazo de devolución, menor serán los intereses a abonar.
Los requisitos que deberemos cumplir son normalmente los mismos y muy simples: residir en España, ser mayor de edad, ser titular de una cuenta bancaria y disponer de un teléfono móvil, correo electrónico y DNI o pasaporte.
Estos pueden ser más estrictos cuanto mayor sea la cantidad del préstamo, pues el banco generalmente se asegura de que el cliente le va a devolver el dinero y puede pedirnos una nómina o justificar una fuente de ingresos periódica.