En la presente legislatura del Gobierno se aprobará una nueva ley hipotecaria, la Ley de Crédito Inmobiliario. Esta se aplicará a los contratos de préstamos para bienes inmuebles de uso residencial, tanto con personas físicas como jurídicas que realicen profesionalmente alguna de las actividades relacionadas con la solicitud de préstamos.
Según un informe del Ministerio de Economía, los principales puntos de la modificación serán los siguientes: se refuerza la protección al consumidor y el control de legalidad en la fase de contratación -ofreciendo así al consumidor un asesoramiento transparente y limpio-, el prestatario tendrá a su disposición información sobre los gastos asociados a la firma del contrato, y se aprobará un modelo estándar de contrato -para uso voluntario-.
Efectos y Cambios Significativos:
A parte de una mayor protección y transparencia para el consumidor, la nueva ley incluye parámetros importantes que afectarán el mercado de los préstamos.
- Por primera vez, se regula el derecho del consumidor a convertir la moneda del préstamo a la del Estado en el que el prestatario resida o en la que reciba sus ingresos. Esta medida actúa como defensa ante el riesgo de cambio de moneda.
- Solo podrán cobrarse gastos de comisión y servicios que hayan sido aceptados por un prestatario o solicitados en firme, y siempre que dichos gastos puedan ser justificados y acreditados.
- Quizá la medida más beneficiosa para el cliente es la posibilidad de cambiar el tipo de interés. Es decir, los titulares de préstamos hipotecarios firmados a tipo variable tendrán la opción de cambiarlas a tipo fijo. De este modo, "el consumidor estará cubierto en un contrato a largo plazo", como es en el caso de los préstamos hipotecarios, asegura el ministro Luis de Guindos. "A tipo fijo no dependes de la evolución del Euribor, de alguna forma tienes un seguro en tu hipoteca".